Antecedentes de la cofradía

      

LAS HERMANDADES Y COFRADÍAS

EN LA HISTORIA DE ALGECIRAS

 

 Fuente: LIBRO  ALGECIRAS. SEMANA SANTA

  

1º.- LOS ANTECEDENTES

 

            Cuando Algeciras se fue consolidando a lo largo del siglo XVIII quedaba muy lejana la fecha del 28 de marzo de 1344 en que el rey castellano Alfonso XI entra triunfante en la reconquistada ciudad después de un largo y penoso asedio, que había comenzado el 3 de agosto de 1342. Quisieron evocar religiosamente la solemne entrada de Jesús en Jerusalén en aquella mañana del Domingo de Ramos, que entonces se decía de las Palmas, y dirigiéndose la comitiva real a la mezquita mayor la dedicaron a la Virgen María con el título de Nuestra Señora de La Palma. En el escudo, flanqueado por la palma y el olivo, ha quedado constancia perenne de tal acontecimiento glorioso en la vida de la ciudad.

             El Papa Clemente VI publicó una Bula el 10 de mayo del mismo año, a petición del rey, que daría más estabilidad a la ciudad y a la zona con un obispado, uniendo el nombre de Algeciras y el de Cádiz en una sola diócesis y disponiendo que el obispo residiera en la primera. Fueron 25 años de muchas ilusiones y proyectos para el bien de la ciudad pero la realidad fue muy distinta ya que el rey musulmán granadino Mohamed V la volvió a ocupar y, al ver que no podía conservarla, la destruyó totalmente en 1379. Todavía existe el título de obispo de Algeciras, que lo ostenta un obispo auxiliar de Barcelona.

            Así permaneció Algeciras durante 335 años: totalmente abandonada, formando parte del término de la cercana ciudad de Gibraltar, entonces española. Término o campo que con el paso del tiempo se convertiría en el denominado Campo de Gibraltar con las poblaciones que se fueron formando en su entorno: San Roque, Los Barrios, Algeciras... Las tareas agrícolas, ganaderas y forestales eran las actividades de los escasos vecinos que vivían por estos contornos.

            Durante la Guerra de Sucesión al trono de España tras la muerte de Carlos II sin hijos, la flota anglo-holandesa se apodera de Gibraltar y en las capitulaciones de 1704 y el posterior Tratado de Utrech de 1713 hizo que pasara la soberanía a la Corona británica. Algunos españoles emigraron a lugares apartados, otros se quedaron más próximos confiando poder ocupar sus antiguas dependencias, agrupándose mientras tanto en los núcleos que han dado origen a las poblaciones de la zona. Para ellos era como si la antigua ciudad de Gibraltar estuviera trasladada a su Campo. Por supuesto que buena parte permaneció en la ciudad.

 

2.- LAS RAÍCES DE NUESTRA RELIGIOSIDAD POPULAR

             Los organismos oficiales gibraltareños se establecieron en lo que sería San Roque trasladando allí el Ayuntamiento con su archivo y signos emblemáticos. Otra parte hizo lo propio en lo que dio origen a la villa de Los Barrios agrupándose en torno a la capilla de San Isidro donde se construiría la parroquia del mismo nombre a la que también pertenecía la escasa población existente en Algeciras, que fue tomando cuerpo en torno al oratorio que la familia Gálvez tenía en su cortijo y que daría lugar a la capillita de la Virgen de Europa. Otros llaman cortijo de Varela que pertenecía al regidor de Gibraltar. De esa manera y en estos parajes se iba desarrollando la vida asentándose sobre las ruinas de la ciudad anterior.

                    Los desmanes y profanaciones realizadas en Gibraltar por las fuerzas ocupantes provocaron el malestar de aquellos españoles que fueron sacando objetos de culto y llevados a los núcleos cercanos. Buena parte fue a parar a San Roque como algunas imágenes sagradas que hoy siguen venerando y procesionando en Semana Santa: Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia (El Señor de la Caña), Santísimo Cristo de la Misericordia (Nazareno), Santísimo Cristo de la Vera Cruz y el Santo Entierro y Soledad. Imágenes que restauradas posteriormente han dado origen a cofradías actuales con nuevos estatutos, centrando la atención y devoción de los fieles de la comarca.

             Proveniente también de Gibraltar llegó a Algeciras la imagen de la Virgen de Europa recibiendo culto en la capilla del mismo nombre. Permaneció durante 160 años hasta que en 1864 fructificaron las gestiones de los cristianos gibraltareños con el obispo de Cádiz y volvió a su lugar de origen, siendo recibida con grandes muestras de cariño como refiere su obispo Charles Caruana. 

            Si a lo dicho anteriormente unimos que la parroquia de Los Barrios y la recién creada de Algeciras posteriormente estuvieron administradas por dos hermanos sacerdotes que provenían de Gibraltar, como veremos, fácilmente podemos colegir que la vida religiosa de la zona era continuación de la vivida en la antigua ciudad española, siendo las referencias más populares las imágenes señaladas más arriba. Nuestras raíces religiosas tienen su origen en la fe y religiosidad del pueblo gibraltareño de donde podemos decir que proviene en principio el ambiente de procesiones y cofradías.

 

3.- EL RESURGIMIENTO DE ALGECIRAS 

            A nuestro Don Cristóbal Delgado, cronista oficial que fuera de la ciudad de Algeciras, le gustaba usar en sus numerosos escritos y conferencias la expresión Resurgimiento aplicado a Algeciras a lo largo del siglo XVIII y referido a los distintos aspectos de la ciudad y con ello resaltar la tenacidad y constancia de sus vecinos en superar las numerosas dificultades que se iban presentando. Capítulo importante fue el pleito mantenido con la Corporación Municipal de San Roque desde el 1726 hasta el 1755 para conseguir la emancipación municipal logrando Ayuntamiento propio. Más fácil y pacífico fue conseguir parroquia independiente de Los Barrios.

             La capillita de Nuestra Señora de Europa resultaba insuficiente para atender las necesidades religiosas de Algeciras. El traslado a Los Barrios para los asuntos religiosos especiales como la recepción de los sacramentos resultaba muy incómodo. El obispo de Cádiz, Don Lorenzo de Armengual, erige la parroquia de Algeciras dando después licencia para construir en 1723 nueva iglesia que, dedicada a Santa María de La Palma, comenzó sus obras en 1724 para terminarlas en 1736 sin la torre y las naves laterales actuales. En 1999, conmemorando su 275 aniversario, se realizó la restauración actual. En este año de 2008 se ejecutan las obras de las cubiertas altas y tejados de la parroquia tras sufrir daños de filtraciones de agua, humedad...

             Hasta la terminación de las obras de la nueva iglesia cumplió su cometido parroquial la capilla de Ntra. Señora de Europa donde se bendijo la pila bautismal para el primer bautizo el 2 de febrero de 1724. Los dos hermanos sacerdotes Pedro y Pablo José de Rosas se hacen cargo conjuntamente de las parroquias de Los Barrios y Algeciras, aunque en la práctica fue el segundo el que permaneció en ésta hasta su muerte en 1777, a la edad de 85 años. Vivió en Algeciras 53 años manteniendo las tradiciones religiosas heredadas de Gibraltar, que trató de acomodar a la nueva realidad.

             En este mismo siglo XVIII se fueron construyendo otros edificios religiosos en Algeciras. El Convento de la Merced, por eso el nombre de Convento a la calle Alfonso XI, se comenzó a construir en 1725 terminándose a finales del siglo, la iglesia se completaría después; fue un gran benefactor el capitán Antonio de Ontañón. En 1748 se inician las obras del Hospital de La Caridad que terminarían con capilla y cementerio en 1768 atendiendo a una gran obra de caridad a favor de los enfermos, siendo ésta el móvil de los componentes de la hermandad. La capilla del Cristo de la Alameda se comenzó a construir en 1779 y era muy frecuentada por los marinos durante el célebre bloqueo a Gibraltar en que permaneció la flota en la Bahía; fue destruida en 1931 y después de casi cerca de setenta años ha sido restaurada por el Excmo. Ayuntamiento. El almirante Barceló destacó por la devoción a la célebre imagen del Cristo así como a la cercana imagen de la Virgen del Carmen en San Antón y regalando a ésta y al niños la corona que conserva.

 

4.- LAS PRIMERAS COFRADÍAS DE ALGECIRAS (S. XVIII)

             En consecuencia con el ambiente religioso de la época y el interés creciente de los fieles por conservar sus objetos, imágenes y costumbres religiosas descritas anteriormente, así como la colaboración constante en disponer de lugares de culto, es fácil comprender el espíritu de asociación alentados por el sacerdote D. Pablo José de Rosas que durante todos estos años animó la religiosidad de los algecireños. Mientras iban construyendo materialmente la iglesia parroquial fomentaban el asociacionismo religioso en torno a las devociones populares de la época y fundando las primeras cofradías religiosas.

             Disponemos de un valioso documento con fecha de 18 de diciembre de 1854 en que el párroco D. Simón Jiménez Ruiz de acuerdo con la circular del obispo diocesano, aparecida en el boletín número 35, de 9 de diciembre del mismo mes y año, da cuenta de la “Relación de cofradías que se han establecido en la parroquia” mediante un impreso que se conserva (en nuestra hermandad nazarena, utilizado para solicitar la fecha de antigüedad). Aparecen los nombres de las congregaciones o cofradías existentes en Algeciras: sacramentales, de gloria en honor de la Virgen y los Santos y las de penitencia.

             Llama la atención que, habiéndose inaugurado la nueva iglesia parroquial de La Palma el 6 de junio de 1736, funcionan en los años 1740 y 1743 las cofradías del Rosario y de Nuestra Señora del carmen. Más aún: las sacramentales del Santísimo Sacramento y la de San Pedro dice que son “de creación inmemorial”: sería de cuando el templo parroquial radicaba en la capilla de Ntra. Señora de Europa. A lo largo de los años cincuenta van apareciendo el Cristo de la Expiración y Santo Entierro en el 1752, la de Ánimas en 1754, la del Nazareno y Soledad en el 1759 y la gremial de zapateros de San Crispín y San Crispiniano en 1760.   

            Por otras fuentes sabemos de la existencia de otras hermandades y cofradías de esta época como la del Santo Sudario que, según refiere Andrés Bolufer Vicioso en conferencia en la Tertulia “La Levantá”, ya existía al menos en 1747. Resaltan las más conocidas con sede en la iglesia de San Antón como la hermandad de la Santa Caridad, aprobadas sus reglas el 1 de julio de 1748, y la de los mareantes, las gentes del mar, en honor de su santo patrono San Pedro González Telmo, más conocido por San Telmo en 1783, formando parte con la del Señor Atado a la Columna y la Virgen del Carmen, que en el día de su fiesta la llevaban a la Bahía para la bendición de las aguas del mar. No las recoge la relación del P. Simón Jiménez por estar ya extinguidas.   

 

5.- DIFICULTADES Y DESAPARICIÓN DE LAS COFRADÍAS (S. XIX)

            Las cofradías experimentaron en la última parte de siglo XVIII y la mayor parte del XIX una serie de dificultades que provenían principalmente del ambiente político y social de la época. En 1777 una pragmática del rey Carlos III suprimía los disciplinantes, los desfiles en la noche, el antifaz... El 25 de junio de 1783 una Real Cédula obliga a las cofradías de penitencia a redactar nuevos estatutos por los que se declaraban “laicas y profanas” y sujetas en todo al Real y Supremo Consejo de Castilla que revisaría antes de su aprobación. Carlos IV (1788-1808) mantendría la misma política.

            Lo anterior debía estar en vigor en 1854 cuando el párroco de Algeciras presenta la relación de cofradías existentes al rellenar la columna donde piden de cada una la fecha de aprobación de los estatutos por parte de la autoridad civil, según la Real Cédula, de todas menos de las dos sacramentales se dice “aunque no tienen real aprobación se hallan comprendidas en la Ley 6ª, título 2º, libro 10 que realizan sus actos de caridad, dando sepultura eclesiástica a sus difuntos y atender al culto”.

             En general las cofradías llevan vida lánguida en el siglo XIX por las dificultades serias que tuvieron que pasar. Además de lo dicho anteriormente influyó la invasión francesa en España y Guerra de la Independencia (1808-1814), la desamortización de los bienes eclesiásticos de 1935 y disolución de las órdenes religiosas, sin olvidar las frecuentes epidemias de cólera... Hubo momentos de auge y de crisis según el país estuviera gobernado por liberales o conservadores con cambios continuos de la Constitución permitiendo o prohibiendo los actos religiosos externos. Algo de todo esto debió repercutir en el ambiente algecireño que al no poder realizar estación de penitencia por falta de cédula real decaían en sus mismas actividades internas.

             El Nazareno y Santo Entierro aprovecharon momentos favorables en sus cofradías para actualizarse y evitar su desaparición. La primera celebró cabildo general el 28 de abril de 1833 para revisar y adaptar las reglas ante el temor de extinción de la hermandad por el reducido número de hermanos. Confiaban en que “la aprobación del señor obispo les diera nuevo impulso y sirviera de estímulo a los fieles para inscribirse ofreciéndole un mejor camino que nos conduzca a la eterna salvación”. El obispo Fr. Domingo de Silos Moreno las aprobó en Cádiz el 12 de octubre de aquel año surtiendo el efecto deseado como veremos por el incremento del número de hermanos cofrades. Algo parecido realizó el Santo Entierro y sus reglas fueron aprobadas en 1842. 

            En la citada relación de 1854 el párroco D. Simón da cuenta de una nueva cofradía llamada San José con aprobación reglamentaria y con cédula, en el 1851 y compuesta de 300 congregantes. El número de miembros de las restantes era en esa fecha el siguiente: 12 y 20 la de San Pedro y San Crispín, 100 las del carmen y la de Ánimas, 130 la del Santísimo Sacramento, 600 la del Rosario y 800 las del Santo Entierro y el Nazareno. La que aparece del Carmen hay que entender que tenía su sede en La Palma, distinta de la existente algún tiempo en la Caridad. Todas llegaron a desaparecer como hermandades y cofradías aunque sus imágenes seguían recibiendo culto en la parroquia. 

            Se confirma lo dicho anteriormente con el testimonio de D. Juan Pérez Arriete en su pregón de la Semana Santa de 1953 que afirmaba: “No hubo procesiones, que yo recuerde ni en los finales del siglo pasado ni en los comienzos de éste que corremos. Allá por 1915 se iniciaron las primeras con cierta timidez. No existían cofradías sino grupo de jóvenes que con el aliento del párroco D. Cayetano Guerra se aventuraban a salir. Después irían tomando carta de afianzamiento”.

 

6.- LAS COFRADÍAS EN EL SIGLO XX.-

             Las Cofradías actuales de3 penitencia en Algeciras son todas del siglo XX aunque algunas hayan tenido antecedentes en otras épocas como hemos reseñado. La breve historia de cada una la desarrollaremos en el capítulo siguiente; ahora las citaremos en el contexto histórico del momento. Para su mejor estudio haremos tres apartados cuyas fechas finales las haremos coincidir con los años 1935,  1980 y final del siglo.

 

6-1.- Las cofradías hasta 1935

                                 En 1935 falleció el párroco D. Cayetano Guerra que llevaba en Algeciras desde el 1905. En ese mismo año llegan los salesianos y se hacen cargo de la parroquia de La Palma y de las recién creadas del Carmen y San Isidro. Las antiguas agrupaciones penitenciales, desaparecidas en el siglo anterior, no se reorganizaron a partir de 1874 a pesar de las facilidades dadas con la proclamación del rey Alfonso XII que continuarían hasta 1931.

             Comenzado el siglo XX las procesiones las organizaba la parroquia con la colaboración de familias que profesaban devoción a imágenes determinadas como la de La Columna y Virgen del Carmen, reorganizada en 1918 gracias a la iniciativa de Dª. Eulalia García de Pérez Petinto y vuelven a sacar a la Virgen del Carmen en procesión parea bendecir las aguas de la Bahía en trono de luces y flores. Otras veces son grupos de jóvenes como expresa Domingo Trujillo respecto al Nazareno con la actuación de Lucas Millán y los comerciantes de Algeciras.

             Según el programa de Semana Santa de 1921 salieron cuatro procesiones: La Columna en el miércoles, de la capilla de San Antón, que se decía entonces de la caridad. La del Nazareno, acompañado de la mujer Verónica, lo hacía de la iglesia parroquial de La Palma el Jueves. El Viernes y del mismo lugar salía primero el Cristo de la Expiración con Santa María Magdalena, Virgen del Mayor Dolor y el evangelista San Juan, para después del sermón de las Siete Palabras descender al Señor de la cruz y salir, en imagen yacente, con el Santo Entierro, acompañado de la Soledad y los citados San Juan Evangelista y Santa María Magdalena.

             Durante estos años no tenemos constancia de la existencia de cofradías. Las procesiones eran una actividad pastoral de la parroquia que fomentaba la religiosidad del pueblo. En el referido programa de 1921 no aparece por ningún lado mención alguna a existencia de hermandades y cofradías. Todo lo organiza la “Junta parroquial nombrada al efecto” que proponía una serie de normas para el buen funcionamiento y favorecía la participación de los fieles en las mismas. Esta situación se siguió repitiendo en los años sucesivos al continuar el mismo párroco dado que la vida era muy similar de unos años a otros.

             Destacó sin embargo lo que puede significar la fundación de la actual cofradía del Santo Entierro en 1928 por un grupo denominado “Jóvenes del Santo Sepulcro”. Lástima su corta duración: el 12 de mayo de 1931 ocurrieron los tristes sucesos, a un mes del comienzo de la Segunda  República donde grupos de exaltados reaccionaron contra la religión católica. Los templos fueron profanados y destruidas sus imágenes así como los altares y objetos de culto. La parroquia de Ntra. Sra. de La Palma, la capilla de Europa, el convento de la Merced, el Cristo de la Alameda, la capilla de San Antón... sufrieron las consecuencias de tales desmanes. 

            Lo que había de cofradías desapareció con su documentación y pertenencias. La imagen del Nazareno, destrozada en mayo de ese año, pudo ser restaurada en Cádiz por el escultor D. Lorenzo Benítez Pacheco que entrega a la familia Oncala el 15 de noviembre de 1934, quienes se habían encargado de recoger el dinero necesario, entre el pueblo de Algeciras, para sufragar los gastos.

             Esta imagen comenzó a salir de nuevo en procesión a partir de 1937 hasta que llegó la actual, obra de D. Carlos Bravo Nogales. La antigua pasó a San isidro hasta que hicieron obras de restauración en la capilla y fue a parar al domicilio particular de doña María del Carmen Beneroso, viuda de Salvador Peñalver. Actualmente se encuentra en la capilla de las religiosas del Asilo San José desde marzo de 1997 donde se venera con el título de Señor del Perdón. Miembros de la tertulia cofrade “La Levantá” realizaron gestiones y descubrieron un papel y recortes de periódico de la época  en el interior de la imagen con los datos de su restauración.

  

6-2.- Las cofradías hasta 1980

             Serenados un tanto los ánimos después de los sucesos reseñados y metidos de lleno en el ambiente religioso favorable que siguió al Alzamiento Nacional a partir del 1936, comenzó una nueva etapa en la vida cofrade. Ayudó sobre manera del espíritu de superación en esos años difíciles después de la Guerra Civil donde los salesianos, responsables de la pastoral de la ciudad, supieron aprovechar y canalizar la religiosidad popular, en aumento en las décadas de los años cuarenta y cincuenta.

             Al tener éstos su residencia principal en Sevilla, con su taller –de la Stma. Trinidad- de escultura propio y conocedores del ambiente cofrade hispalense hizo que durante esos años destacara la influencia sevillana en las cofradías de Algeciras: imágenes, pasos, costaleros, insignias, estatutos y tantas otras expresiones religiosas y culturales. Después vendrían otras influencias malagueñas y gaditanas como corresponde a una ciudad tan abierta y receptiva como es Algeciras.

             En este contexto político-religioso destacan en la ciudad las cofradías como forma de expresión de la religiosidad popular, además de otras asociaciones numerosas que florecieron en ésta época. Refiriéndonos a las primeras, esta fue la situación:

             - En 1938, el día 23 de febrero a las 19:00 h. se reunieron en la sacristía de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de La Palma, presididos por el señor cura párroco Rvdo. P. D. Andrés Yun Encinas y los señores D. Obdulio Conte, D. Lucas Millán y otros para constituir canónicamente la cofradía del Nazareno con la imagen antigua restaurada y consiguiendo después una imagen de la Virgen con el título de Amargura. El actual Nazareno llega a Algeciras el 10 de marzo de 1941 y el Santo Cristo de la Fe de 1939. La imagen secundaria actual del Cirineo es obra del imaginero D. Manuel Ramos Corona y  fue bendecida en la Parroquia de San Antonio el 8 de marzo de 1999. La Dolorosa actual, obra de D. Luis Álvarez Duarte fue bendecida en 1987, sustituyendo a la anterior obra de D. Modesto Gené Roig de 1939, actualmente al culto en la capilla de las Hermanas de los Ancianos Desamparados de Algeciras, donada por la Hermandad y retitulada “Nuestra Señora de La Amargura y Desamparo”·

 “Esta fecha ha sido derogada por Decreto de fecha 3 de agosto de 2006 emitido por el Secretariado diocesano de HH. y CC. y la propia Delegación episcopal para las HH. y CC. de la diócesis de Cádiz y Ceuta, tras solicitar la Junta de Gobierno por acuerdo del Cabildo General Extraordinario de hermanos, de fecha 6 de mayo de 2005, la fecha de antigüedad de 1759, siendo aprobada definitivamente la de erección canónica la del 12 de octubre de 1833, según Estatutos aprobados por el obispo Fr. Domingo de Silos Moreno”  

  “De igual forma, por Decreto de 20 de septiembre de 2006, el título actual de “Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Fe, Santa Cruz de Jerusalén y María Santísima de La Amargura”.

 - En 1939 sale como hermandad de nazarenos la Buena Muerte de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, con sede en la actual capilla de San Antón. Había salido dos años antes como procesión parroquial. A la imagen del Crucificado se unió en el mismo 1939 la Virgen del Mayor Dolor.

 -  En 1940, y también en la parroquia de la Palma, se reorganiza el Santo Entierro, ahora con el nombre de “Caballeros del Santo Sepulcro”, para hacer estación de penitencia al año siguiente con el estreno del Cristo Yacente y su urna correspondiente. Cinco años más tarde se le uniría la imagen de la Soledad. En el mismo año de 1940 y del mismo lugar comenzó a procesionar una imagen de la Borriquita sin constituirse en cofradía; dejaría de hacerlo posteriormente al deteriorarse la frágil imagen.

 -  En 1944 y en la parroquia de San Isidro, en la actual capilla del mismo nombre, se aprueba la nueva cofradía del Cautivo (Medinaceli) que salió procesionalmente ese año. Se le incorporó en 1948 la Virgen de la Esperanza.

 -  A finales de 1945, para salir procesionalmente al año siguiente, se funda la Cofradía de Jesús Atado a la Columna a quien se unió en 1946 la imagen de Ntra. Sra. de Las Lágrimas. Su sede fue la capilla de Europa donde trabajó el Ayuntamiento de la ciudad por recuperarla primero, restaurarla después y hacerse cargo de la misma durante su primera etapa. 

 -  En el antiguo colegio salesiano de San Ramón en el Secano, donde está la actual iglesia parroquial del Carmen, se constituye por los Antiguos Alumnos Salesianos la cofradía de La Borriquita en 1947 con la participación masiva de los alumnos del Colegio. Al trasladarse éste al lugar actual en 1961, la iglesia de María Auxiliadora será su nueva sede.

 Fueron años de intensa vida religiosa en que las cofradías aglutinaban el fervor y entusiasmo de muchas familias. Después vendrían las dificultades con los cambios de nuevos valores en la sociedad ocasionados por la fuerte secularización a partir de la mitad de los años sesenta y la década de los setenta. Influyó también el concilio Vaticano II o las interpretaciones que de él se hicieron en que las manifestaciones externas de religiosidad popular parecían no encajar en la nueva liturgia. Comenzó a cuestionarse la riqueza y ostentación de las cofradías en una iglesia que debía ser más sensible a los pobres. Fueron años de confusión en este terreno.

 Todo esto originó una decadencia en las seis cofradías penitenciales. Dejaron de realizar su salida procesional, con la excepción del Medinaceli mantenida por el fervor popular y la del Santo Entierro por ser la oficial, mantenida por los militares y un pequeño grupo de hermanos. La Buena Muerte salió por última vez el año 1965, la Borriquita el 1967 así como la cofradía del Nazareno con el Cristo de la Fe, ya que la imagen del titular dejó de hacerlo el año anterior coincidiendo con el fallecimiento de D. Lucas Millán, hermano mayor durante tantos años. La Columna resistió hasta 1977 que, al ser titular el Excmo. Ayuntamiento, ponía interés especial en mantenerla hasta que retiró el apoyo oficial con la llegada de la democracia y el estado ruinoso de la capilla de Europa.

 La economía fue siempre el caballo de batalla y se valían de todos los medios a su alcance para obtener los recursos necesarios que les servía para aumentar la ilusión. Destacamos una forma peculiar de conseguir las cosas mediante títulos que llamaban “acciones”, en los primeros tiempos: Entre los miembros de la Junta y colaboradores entregaban una cantidad de dinero y le daban el justificante correspondiente o “acción” para cobrar cuando hubiera dinero. La mayoría iban renunciando al derecho a favor de la Hermandad. Así consiguieron el primer paso del señor Atado a la Columna y algunos enseres del Nazareno.

 

6-3.- Las cofradías hasta finales del siglo XX

 En los comienzos de los años setenta había surgido un grupo de jóvenes cofrades en la Junta del Medinaceli con nueva inquietud. Aparece el P. Crucería con la “Borriquita Viviente” y la reorganización de la cofradía de la Buena Muerte en 1974 valiéndose de los jóvenes estudiantes de Maestría con su director Emilio Buch. El pregón de la Semana Santa del 1980 en San isidro a cargo de Pablo Quijano estimuló la inquietud general del mundo cofrade. Tuvo mucho que ver en esto la presencia alentadora del asesor religioso de Medinaceli, salesiano D. Manuel María Martín Miguel.

 La Borriquita en 1981 y el Nazareno al año siguiente se reorganizan a base de superar muchas dificultades valiéndose siempre de la juventud. En 1983 comienza a salir el Resucitado. La Cofradía de la Columna se uniría al concierto de salidas procesionales en 1986 con la restauración de la capilla de Europa y superada la crisis del relevo del Ayuntamiento a la nueva reestructuración de la Junta de Gobierno con Ricardo Casero al frente. En el año 1984 se fundó una nueva cofradía en la parroquia del Stmo. Corpus Christi denominada la Oración en el Huerto y Nuestra Señora del Buen Fin aportando savia nueva que proviene de las masas populares de la barriada donde recientemente se había constituido la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío.

 A lo largo de la década de los noventa se ha experimentado un florecimiento espectacular y progresivo en la vida cofrade. Se ha incrementado notablemente el número de hermanos y hermanas, la juventud ha irrumpido destacando sus actividades como costaleros o cargadores y músicos. Las imágenes y enseres se han ido restaurando o conseguido otros nuevos, los medios de comunicación y determinados organismos civiles, como el Excmo. Ayuntamiento, le han prestado gran apoyo y consideración, la iglesia diocesana ha sabido ir encauzando la inquietud popular... para lograr entre todos llamar con más fuerza a las puertas del nuevo milenio. Expresión de todo ello es la aprobación de la Junta Pro-Cultos de las Tres Caídas en 1998 y de la inquietud por formar nuevas asociaciones.

    Se ha recorrido un largo camino superando dificultades de ambiente clericales y anticlericales; la fuerte secularización origina gran confusión en el mundo cofrade. Las orientaciones de los documentos eclesiales han ido configurando la identidad de las cofradías en la nueva realidad de la Iglesia y la Sociedad. Falta mucho por andar, pero el camino se presenta más despejado. 

Los autores dejan abierto el camino para que a partir del año 2000 pueda incorporarse paulatinamente la actualidad cofrade, entre otras las nuevas erecciones canónicas de las Hermandades del Señor de las Tres Caídas y Ntra. Señora de La Trinidad, y la Hermandad de La Sagrada Mortaja, y otras que pueden dejarse entrever a corto y medio plazo -   


 

Venerable y Fervorosa Hermandad de Penitencia

y Cofradía de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Fe,

Santa Cruz de Jerusalén y María Santísima de la Amargura

 

Parroquia de Ntra. Sra. de la Palma

 

Casa de Hermandad-Avda. Agustín Bálsamo

Teléfono Casa Hermandad 956665619 

- ALGECIRAS-

cofradianazarenoalgeciras@hotmail.com