Mis queridos hermanos y hermanas de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Fe, Santa Cruz de Jerusalén y María Santísima de la Amargura.

Un año más tengo la oportunidad por medio de este boletín desearos de todo corazón una feliz y santa carrera oficial en el Jueves y Viernes Santo de la Ciudad de Algeciras.

Deseo y en mis oraciones están presente que el acompañar a vuestros Titulares por las calles de nuestra Ciudad , no solo sea un acto folclórico sino que las personas que os contemplen vean una verdadera catequesis en la calle.

Vivimos en unos momentos dónde la indiferencia e inclusive el ataque a la Iglesia está presente. Por ello no podemos olvidar que la cofradía pertenece a la comunidad parroquial de la Palma y que es allí dónde debo formar y alimentar mi fe por medio de los sacramentos, en especial la Eucaristía, así como en los encuentros, reuniones y convivencias que la propia cofradía organiza y prepara anualmente junto al resto de grupos y demás cofradías parroquial.

El resultado del Jueves y Madrugada Santa es el trabajo realizado durante el resto del año. Por eso es muy importante que continuéis trabajando dentro de la hermandad y siendo consciente mi compromiso de ser testigo de la representación de vuestros Titulares por medio de mis palabras y obras  “Por sus obras los conoceréis”(Mt 5,16).

Quién tiene el Evangelio en su corazón actuará conforme a lo que dice el Evangelio, para que cuando los demás vean vuestras buenas obras descubran a ese Dios que llevamos dentro y que quiere darse a conocer como Padre.

Este año con gran alegría habéis podido participar con nuestro obispo y pastor Don Rafael en el encuentro diocesano de hermandades y cofradías. Encuentro muy positivo y dónde todos nos comprometimos a seguir trabajando en este Reino de Dios al que hemos sido llamados.

Llega la Semana más importante para los cristianos, durante esta Cuaresma que va finalizando deja atrás los triduos y función principal. Las túnicas, capirotes y costales preparados ya seguro que están. Pues bien, no olvidemos preparar  durante esta Cuaresma nuestros corazones y que el Amor de Dios derramado en ellos sean el testimonio de  expresión de nuestra fe.

Que María Santísima de la Amargura nos cubra con su manto e interceda por cada uno de  nosotros y ayude a madurar nuestra fe en su Hijo Nuestro Señor Jesús el Nazareno.

Recibe un fraternal saludo y siempre a vuestro servicio.

Reza por vosotros.